Cuando uno se precipita al vacío, no hay nada ni nadie que detenga el batacazo. Hace ya algunas fechas que José Manuel Soria, vicepresidente del Gobierno de Canarias, presidente del PP e imputado en la pesca mayor del salmón, anda en caída libre. Y por más que el hombre trata de abrir paracaídas, asirse a endebles ramas de arbustos, llamar al Séptimo de Caballería con su zapatófono, tratar de volar batiendo como alas dos ejemplares de Canarias7, la cosa no tiene remedio. Al contrario, el patetismo y la carga plúmbea que caracterizan a las tácticas de amortiguación que está empleando aceleran la velocidad de caída. Como sospechábamos, Soria es al autor de la grabación que sirvió a la revista Época para montar el reportaje de promoción de Canarias más truculento y creativo que jamás pudo imaginar la consejera de Turismo. Pero lo que no sabíamos es que Soria grabó sin autorización de los interlocutores, entre los que no se encontraba ningún periodista.