No se puede generalizar nunca, y en esto de la crisis y el papel conservador y avaricioso que está jugando la banca, tampoco. Este miércoles hemos descubierto la excepción que confirma la regla, y aquí, en Canarias. Una pequeña entidad bancaria, Cajasiete, resultado de la transformación en regional de la Caja Rural de Tenerife, hizo públicos sus resultados de 2008 y no pueden ser más esperanzadores y elocuentes para los que piensan que también en tiempos de crisis se puede crear empleo, crecer de modo razonable y sacrificar tan sólo una parte de los beneficios. Cajasiete obtuvo en 2008 10 millones de euros de beneficios, es decir, sólo 2 menos que en 2007, pero creó quince puestos de trabajo y continuó con su política de expansión comprando locales y abriendo oficinas en la provincia de Las Palmas. Todo ello sin abandonar su política social y aplicando un trato exquisito a los clientes que atraviesan dificultades con el pago de sus préstamos.