No se pierdan las distintas versiones que este martes publicamos en torno al incidente protagonizado la madrugada del lunes por el camerunés N'Kong, jugador de la UD Las Palmas, en un bar de la zona de Guanarteme. Comprobarán que el relato de los hechos que hace la policía y el agredido por el futbolista se parecen bastante, mientras que la facilitada por el club, que se basó en la versión del camerunés, es mejor dejarla quieta y achacarla a un problema de traducción. No hubo, al parecer, provocación alguna hacia el jugador, ni reproche por el 6-1 encajado ante el Murcia, como explicó el presidente del club. Sencillamente hubo una riña de bar en la que, miren por dónde, un jugador de la UD Las Palmas le llenó la cara de aplausos a un abonado del club que, según la versión de éste último, trataba de mediar en un conflicto de barra. El club interviene y suelta una versión que ofende al abonado agredido; éste se constituye en las oficinas amarillas para que escuchen su relato, y Manolo Torres le contesta que se vaya a la policía, que él no quiere tener que ver nada con el asunto. Ni siquiera investigarlo un poquito, por hacer honor a su profesión principal. Lo anunciábamos ayer mismo aquí: falta contratar a Cardenal, el del circo, porque hasta abonarse es actividad de alto riesgo.