El anuncio de Soria es para enmarcar, no vaya a ser que un día diga la verdad y nos olvidemos de reconocérselo. Pero encierra una retorcida versión de lo que, según el líder del PP canario, está ocurriendo dentro de Coalición Canaria. Sostiene Soria que un sector amplio de los nacionalistas está muy mosqueado con Paulino Rivero por sus conchabos con Zapatero y que lo están esperando a la bajadita poniendo velas para que el presidente obtenga unos pobres resultados electorales que lo obliguen a “echarse a un lado”. Tras la retirada de Rivero, otro líder de CC sería el interlocutor ideal para reeditar el inveterado pacto con el PP. Dados los estrechos vínculos y complicidades varias, debemos entender que esa esperanza blanca que Soria sitúa en el seno de CC es su íntimo amigo y compadre José Miguel Ruano, el único que ahora mismo tendría la ocurrencia de repetir pacto con los conservadores. En honor a la verdad debemos destacar que Soria también deja abierta la posibilidad de que tras esa hipotética debacle nacionalista que preconiza, CC pacte con el PSOE. Pero entonces no será su Ruano quien lo propicie.