Dos sobresaltos en cuestión de horas. El Centro Canario Nacionalista ha anunciado urbi et orbi que continúa haciendo acopio de lo mejor de cada casa para estar ideológica e intelectualmente bien armado para cuando llegue el advenimiento del poder y gobernar con holgura, sin tránsfugas ni nada que se le parezca. El partido de Nacho González ha sumado a sus efectivos a Arcadio Domínguez, recientemente irradiado de la disciplina de Coalición Canaria una vez los recortes alcanzaron al núcleo duro y delicado de los asesores de presidencia del Gobierno. Domínguez fracasó en su intento, en compañía de otros, de hacerse con el control del comité local de CC en Las Palmas de Gran Canaria, y henchido de nacionalismo despechado, marchose con armas y bagaje al otro nacionalismo rampante, al que le da lo mismo ocho que ochenta, un revolcón hoy con el PP, y mañana otro con CC o con quien en cada momento tenga el control de la teta. La primera dificultad que va a tener Arcadio Domínguez es encajar en el organigrama de cargos de confianza que tiene Juan Domínguez, vicepresidente del PP, que con doce enchufados parece tener el cupo completo, a no ser que estemos mirando para Infecar, pillines.