Crece en el seno de la Confederación Canaria de Empresarios el sentimiento de que la patronal de la provincia de Las Palmas tiene equivocado el rumbo. Algunas voces críticas han dado al interruptor de las alarmas al comprobar que otras asociaciones paralelas, como es el caso del Círculo de Empresarios, marcan el paso de modo notable respecto a papeles que, en teoría, debiera desempeñar la CCE. El Círculo se ha puesto las pilas tras la llegada a su presidencia de Alberto Cabré, y ha cambiado su talante acomodaticio para con el poder por una crítica contundente, pero documentada, de la situación socio-política de las Islas. Se echan de menos esas iniciativas en la Confederación, donde se consolida el método de oficina de intereses particulares por encima de otras consideraciones más globales. Por cierto, hoy hay comité. A ver.