Ha tenido varios momentos dramáticos la crisis de la CCE, pero también ha habido tiempo para algunas excentricidades y el siempre omnipresente toque insularista. Este último lo puso un hombre de Grisaleña, Prudencio Lorenzo, de Cecapyme, que dijo que “esto en Tenerife no pasa”. Se refería el bueno y sanote de Lorenzo a que en Tenerife no se pelean los empresarios entre sí, que están unidos como una piña. Puede tener mucha razón porque en Tenerife, queridísimo, no se arrodillan ante el poder político sino que suele ocurrir al revés. O van todos juntos, incluso en las sociedades anónimas, y así no hay manera de pelearse, oiga. A Grisaleña se le puede defender de muchas maneras y por otras cuestiones, pero ni siquiera Lorenzo puede estar de acuerdo con la penosa manera que ha tenido de conducir esta crisis.