No sirvió de mucho la componenda que tienen suscrita Coalición Canaria y el PP para tratar de echar tierra sobre las dos comisiones de investigación que languidecen en el Parlamento. Se taparán mutuamente las vergüenzas en lo eólico y en el caso Amorós a cambio de que ninguna de las dos fuerzas termine en la fiscalía. Mucho nos tememos que el PSOE se verá obligado a emitir un voto particular en esas conclusiones, no sólo en beneficio de la verdad, sino por el bien del Parlamento. Una vez más pudo verse este jueves que el conchabo entre ambas fuerzas funciona, aunque con las imperfecciones propias de la insolvencia política de las dos diputadas a las que CC ha encargado la cochinada. Belén Allende, que está allí porque en El Hierro no se presentó nadie más a ese puesto, trató de descalificar al compareciente cuando éste afirmó que no le parecía legal que se blandiera allí un tomo del sumario eólico, que sólo ha dejado de ser secreto para las partes. Y la pobre Guadalupe Fernández Taño, presidenta de la comisión, porque interrumpía al compareciente en su afán por agradar al PP y que éste hable bien de ella ante sus jefes, a ver si la siguen poniendo de relleno.