Las cosas de la globalización, unidas a otros fenómenos empresariales de concentración, han desembocado en los últimos años en que muchas decisiones que antes se tomaban en Canarias se trasladen ahora a otros puntos del Estado, particularmente a Madrid. Es el caso, por ejemplo, de la histórica Unelco, hoy Endesa, que sigue teniendo a un personal directivo muy enraizado con esta tierra que, en ocasiones, se ve en situaciones embarazosas por decisiones tomadas en la capital sin la menor capacidad de maniobra local. Algunas presiones ejercidas desde las Islas, particularmente desde Tenerife, han ido contribuyendo de forma alarmante a que empresas canarias hayan perdido contratos con la eléctrica en favor de empresas peninsulares, aún cuando existe satisfacción plena por el servicio prestado por las isleñas. Sabemos que los directivos de nuestra Unelco lo pasan fatal, pero sus jefes de Madrid los dejan in puris naturalibus, que diría un ex mandamás de la eléctrica cuando el centro de decisión era otro.