Cuando uno se adentra en la letra menuda del informe del Diputado del Común comprende el despiporre del diputado Figuereo. Manuel Alcaide hace especial hincapié en la Consejería de Sanidad, hacia donde se dirigen de manera especial las críticas de la ciudadanía, que es tan ingrata que no reconoce los impagables esfuerzos que hace la consejera Mercedes Roldós por mejorar la gestión a mayor gloria de las clínicas privadas. Figuereo llegó a contradecir el informe de Alcaide, que recalcaba el incremento de quejas, a lo que el entregado diputado contrapuso que es al contrario, que disminuyen. Para avalar esa afirmación no aportó documento, testimonio o vestigio alguno, ¿para qué? El otro lote de grandes críticas al Gobierno se centran en la Consejería de Hacienda, a la que el Diputado del Común acusa de una excesiva voracidad recaudatoria sin proporcionar a cambio los servicios que reclaman los ciudadanos. Dos consejerías del PP y una de ellas, para más inri, en las manos directas de José Manuel Soria.