El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
No contesta a su teléfono
A Hernández Lobo no le han faltado ofrecimientos para incorporarse al grupo de gobierno del Cabildo. Los recibió desde el momento mismo en que Domínguez hizo su peculiar pirueta y se puso para la foto al lado de José Miguel Bravo de Laguna. Al presidente no le gusta que su poder dependa solo del voto de Juan Domínguez, que si fue tránsfuga para venir muy bien pudiera ser tránsfuga para marcharse, por mucho que la Ley le impidiera ya a cualquier otro grupo político utilizarlo para una moción de censura de puro inhabilitado que ha quedado su voto. Un privilegio con el que convivirá el resto de sus días políticos, por fortuna contados. Domínguez sostiene a Bravo y Soria sostiene a la mujer de Domínguez como senadora por Gran Canaria, sector CCN, lo que todavía más solidifica ese maridaje político perfecto. Todos a chupar del erario público hasta que el cuerpo aguante, no más allá de 2015. A Hernández Lobo siempre se le han puesto los dientes largos por ese pacto entre el PP y el CCN en el Cabildo, pacto del que durante unas pocas semanas formó parte CC cuando el acuerdo fue entre populares y nacionalistas. Probó súbitamente las mieles del poder y se lo arrebataron cuando le estaba cogiendo el gusto a la cosa. Por eso a nadie en CC de Telde le extrañará, si se confirma, que Hernández Lobo termine uniéndose al CCN para regresar al poder en el Cabildo. Porque, por si no ha quedado claro, la dimisión de este dirigente político se ciñe exclusivamente a su cargo orgánico dentro de CC. Su acta de consejero del Cabildo queda ajena a esta dimisión. Ningún dirigente de Coalición había podido hablar con él la noche de este lunes.
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