Eva Navarro sabía que su vida política tocaba a su fin, que los acuerdos de su partido, el PP, con ATI-CC le iban a obligar más pronto que tarde a abandonar su pacto con el PSOE de Puerto de la Cruz, el que le llevó a apoyar con entusiasmo la alcaldía de la socialista Lola Padrón. Pero la señora Navarro es mujer desinquieta y, además de los múltiples problemas que pronto afloraron en ese pacto, las presiones que recibía de su partido le estaban señalando claramente que su única salida era mandarse a mudar. Por eso empezó sus gestiones de reinserción social desde enero de 2009, ora a través de su partido, ora a través de su empresa matriz, TVE en Canarias, donde se encuentra en situación de excedencia especial por ser cargo electo. Pero la reincorporación a la tele le iba a obligar a asumir su puesto de corresponsal en Lanzarote, lo que le iba a alejar demasiado del punto caliente portuense, así que al tiempo que pidió su alta, presentó una baja médica que aún hoy sigue vigente. Y, paralelamente, la referida liberación sindical. Y dos teniques.