Ya se sabe que esta profesión de contar las cosas tiene mucho de prisas, lo que irremediablemente conduce muchas veces a no contar todos los matices de los acontecimientos que se van produciendo por estos mundos de Dios. Uno de los más recientes ha sido la subida al 9% en las cuotas de las Cámaras de Comercio, que ha producido indignación, cabreo y unos significativos encogimientos de hombros de los que, en realidad, son los grandes alentadores de la medida. Pero nos habíamos olvidado de quién fue el hacedor de esa ley, allá por los últimos estertores de la pasada legislatura. No fue otro que Andrés Conesa, director general de Comercio, que actuó motivado por la mengua de beneficios que iban a registrar las cámaras ante la inminente escisión. Tampoco debemos olvidar los ánimos que desde Vicepresidencia le lanzaba el siempre discreto Miguel Becerra, por entonces asesor de Adán Martín para estos asuntos. Para que vayan tomando nota los interesados, que después se olvidan las cosas y pasa lo que pasa.