Eligio Hernández, ex fiscal general del Estado en la etapa de Felipe González, al que tanto denostaron los que ahora lo blanden como gran jurista, fue abogado de Anfi del Mar en los años noventa para defender a la sociedad en varios pleitos, especialmente en la jurisdicción contencioso-administrativa. Lo contrató la empresa de Björn Lyng a instancias de Manuel Fernández, amigo y paisano del letrado y el segundo de los imputados en la causa del salmón. Hernández llevó, entre otros asuntos jurídicos, un recurso contra la modificación de las Normas Subsidiarias de Mogán en lo que se refería a la operación estratégica de Anfi Tauro. Fue en 1998 en un pleito que Hernández perdió en los tribunales canarios y que la compañía ganó en el Supremo gracias al concurso de otro abogado. Es decir, que además de la sólida amistad que le une a Fernández, el ex fiscal general tiene otros motivos menos sentimentales para posicionarse del lado de Anfi.