Desde el pasado mes de septiembre, José Miguel Bravo de Laguna venía preparando la operación que se desencadenó este lunes. Porque los informes jurídicos que presentó ante el pleno convocado con urgencia acreditan que ya andaba el hombre buscando sus propias soluciones. El secretario general de la Corporación, Luis Montalvo, que ha visto en esa casa palacio hasta burros volando, emitió un informe muy favorable a las pretensiones de la presidencia: el transfuguismo de Juan Domínguez se podría reconducir hacia el grupo mixto, con lo que el interesado podría mantener los mismos derechos políticos y económicos de los que disfrutaba hasta ahora como miembro del grupo de Coalición Canaria. Esa adscripción al mixto, además, esquivaría cualquier duda sobre una moción de censura, porque si la decisión se derivara hacia la consideración de no adscrito, la cosa tendría mucha más discusión. El otro informe en poder de Bravo de Laguna, el elaborado por el jefe de los servicios jurídicos de la casa, Carlos Trujillo, apuntaba precisamente a esa segunda opción. Desconocemos a estas alturas qué impulso llevó a Bravo a optar por el primero. Pero casi nos la podemos imaginar.