Hay que ver los efectos colaterales que puede llegar a tener un caso como el del municipio de Firgas, donde se ha detectado contaminación en el agua de abasto hasta límites intolerables para la salud y para cualquier lugar civilizado. Además de los efectos normales (cabreo del personal por la falta de información y por los contratiempos correspondientes) estuvo el despido de una trabajadora municipal que tuvo la osadía de acudir a una concentración en Buen Lugar para protestar por el estado del agua, contaminada por manganeso. La empleada, Fabiola Marrero, es también madre de familia y discapacitada, y ejercía de peón del Ayuntamiento sin contrato de trabajo (hay que ver de lo que se entera uno gracias al manganeso ése). Fabiola recibió rápidamente el respaldo de sus vecinos, lo que ha llevado al alcalde firguense a anunciar su readmisión y, lo que es más noticia, a hacerle un contrato como manda la ley. Nos lo ha contado Coalición Canaria en Firgas, que dicen estar más contentos que unas castañuelas.