Estos nervios que afloran en el club del istmo son absolutamnete comprensibles. Peligra con venírseles abajo un tinglado que La Provincia contó en parte este mismo domingo. Un grupo muy selecto de empresarios quiere materializar los miles de millones que tiene guardados en RIC (Reserva para Inversiones de Canarias) y lo del istmo es un gran invento. Por eso, como explicó muy bien el colega matutino, se suben al carro de la reordenación urbanística una vez la alcaldesa sólo había enseñado la patita y hablaba de bucólicos paseos peatonales y de conexión puerto-ciudad. Así es, se reunieron, vieron el negocio y empezaron a montar la operación. La Provincia, como suele ocurrir casi siempre cuando de por medio hay grandes fortunas, no da nombres, pero nosotros se los ofreceremos toditos, como hemos venido haciendo hasta ahora. Sólo que hoy les estamos hilvanando la historia completa.