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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

‘Diario de Avisos’ ya es ‘La Voz de Zerolo’

Portada de 'Diario de Avisos' este domingo, 8 de febrero.

Consummatum est. Se cumplieron los anuncios y ya se ha realizado la operación de compra-venta del paquete de acciones mayoritario en el Diario de Avisos: el 51% de las participaciones de Canaria de Avisos, pertenecientes a la familia Bacallado, pasa a manos de Plató del Atlántico, la compañía de la que es titular el cineasta Lucas Fernández. Lo anunciaba este domingo a cinco columnas el periódico en cuestión confirmando lo adelantado por esta misma sección el pasado 23 de enero, tanto en los pormenores económicos y urbanísticos de la operación, como en el alcance periodístico y organizativo, sorteando, eso sí, la directa relación del ex alcalde y ex senador Miguel Zerolo en toda la componenda. Lo comprendemos y lo respetamos, faltaría más, entre otras cosas porque, en rigor, el principal encartado en el caso Las Teresitas no aparece en ningún papel público, en ninguna transacción mercantil ni en ninguna notaría o registro. Pero está ahí, vaya si está ahí, hasta el punto de haber estado operando estas últimas semanas como componedor de relaciones, facilitador de reuniones discretas y aglutinador de empeños y sensibilidades, en nombre del nuevo propietario del decano de la prensa de Canarias. Varios editores y propietarios de medios informativos canarios de desigual tamaño, tanto de Tenerife como de Gran Canaria, han recibido la llamada de Miguel Zerolo para concertar citas a las que acude luego en compañía de Lucas Fernández, que –ciertamente- pasa a llevar la voz cantante cuando esas reuniones concertadas se celebran. En todas ellas se expone lo que la nota oficial del periódico relata: el nuevo proyecto empresarial en ciernes, una suerte de revolucionario periódico digital multimedia con un fuerte peso de la producción audiovisual y la creación de una televisión por Internet. En alguna reunión, eso sí, se ha dejado caer la inmensa decepción de Miguel Zerolo con los suyos y su preocupación con la posición de muchos medios de comunicación en su contra por el escándalo de Las Teresitas, madre de todas las batallas que reina poderosamente en el epicentro de esta compra-venta.

 

 

 

Una aventura con la mitad del personal

A pesar de los ímprobos esfuerzos de Lucas Fernández por convencer a todos los directores de medios de la pureza de sus intenciones, sus actos y los que protagoniza junto a Miguel Zerolo lo desmienten. Dice Fernández que compra este periódico (y su emisora de radio, Teide Radio) para hacerse un hueco en el panorama audiovisual canario, en clara versión tinerfeña del grupo que lidera Canarias7 (Inforcasa), accionista mayoritario de Videoreport Canarias, proveedora de la Televisión Canaria en contenidos informativos. Pero a nadie que conozca medianamente el panorama de los medios en Canarias le coneja que alguien que quiere ganar dinero con el negocio audiovisual arriesgue un beneficio futuro e incierto con unas cuantiosas pérdidas presentes y reales que hace tiempo colocaron al Diario de Avisos en situación de quiebra técnica: el año pasado sólo perdió 600.000 euros, menos que el millón y pico que perdió en el ejercicio anterior. Es muy encomiable el anuncio de pretender hacer un gran periódico del siglo XXI, con una potente edición digital y una apuesta firme por el multimedia en Internet, con especial atención a la televisión informativa y de entretenimiento. Pero esa visión se derrumba al anunciar que se mantiene la ruinosa edición impresa y, lo que es más elocuente, un expediente de regulación de empleo (ERE), que no se anuncia pero que se conoce, que podría afectar a casi la mitad de la actual y ya reducida plantilla y que convertiría en imposible tanta ambición empresarial. Los nuevos propietarios se quejan del alto coste de la actual plantilla y piensan en una profunda reconversión. Para este mismo lunes a las tres de la tarde está convocada la plantilla por el comité de empresa para “explicar los (sic) últimas noticias de la empresa”, según se lee en los carteles distribuidos por las dependencias del Diario.

 

Los parecidos con Azul TV

Hemos podido hablar con algunas personas que ya han tenido el privilegio de escuchar de boca de Zerolo y, sobre todo, de Lucas Fernández, las características y el alcance del nuevo proyecto para el Diario de Avisos y casi todos coinciden con nuestras tesis de que se trata de una operación destinada a blindar mediáticamente al exalcalde de Santa Cruz de Tenerife. Zerolo teme un ambiente mediático hostil a medida que se acerque la fecha del juicio por Las Teresitas, del que podría salir una condena a prisión que, efectivamente, lo convierta en el Dimas Martín de Tenerife. Y él no quiere pasar por eso, ni sus amigos de siempre quieren verlo pasar por eso. Quien fuera colega, jefe, compadre, compañero de farra, amigo íntimo, benefactor o socio permanece ocupando un lugar en el corazón de quienes le rodearon durante mucho tiempo en los años de vino y rosas. Las hemerotecas demuestran que ésta no es la primera incursión del clan de Zerolo en los medios informativos, aunque con alguna variable en los propósitos. La Unidad de Delincuencia Económica y Financiera y la Unidad de Blanqueo de la Policía Nacional investigaron al periodista Jorge Bethencourt y al cineasta Lucas Fernández por la compra en 2001 de Azul TV al agüimense Manolo Artiles. Entonces hicieron lo mismo que ahora: engañar a todo el mundo, y si en la compra del Diario de Avisos se alega la búsqueda de un impulso audiovisual para Plató del Atlántico, la de Azul TV era una “operación secreta” de Antena 3 y del Grupo Lopesan que jamás existió y que en realidad escondía la intención de hacerse con un medio que cuidara la imagen del alcalde santacrucero. Nada sabemos a ciencia cierta de la procedencia del dinero para la compra a los Bacallado, que Fernández sitúa en una venta que él ha hecho de sus activos a unos inversores USA, pero en el caso de Azul TV se probó que buena parte del dinero partió de la sociedad Santa Cruz Park, que explotaba el polémico Parque Marítimo de la ciudad, con final traumático en los juzgados de lo Penal. Bethencourt compró por 252.000 euros y un año después, tras una nefasta gestión económica, vendió en 102.000 euros a la familia de Nacho González (CCN), en una operación que para la Policía tenía todo el pestazo de un lavado de dinero negro. La televisión acabó siendo vendida en 2004 a Editorial Leoncio Rodríguez, propietaria de El Día. Por cierto, menudo cabreo tiene con Lucas Fernández la heredera del imperio de José Rodríguez, Mercedes Rodríguez: se vio con ella unos días antes de que publicáramos lo que iba a ocurrir con Diario de Avisos y no le contó nada. Eso sí, el nuevo editor le sacó toda la información que pudo acerca de las vicisitudes del grupo de la familia Rodríguez y su política de recortes, incluyendo el traslado de la tele desde Puerto de la Cruz a Santa Cruz. Y Lucas no le dijo ni , ni siquiera de su intención de fichar a esos dos grandes escribanos que son Andrés Chavez y Ricardo Peytaví. Los juramentos de venganza eterna empiezan a superar a los de su progenitor, que Dios tenga en la gloria.

 

Cardona veta a Eva Hache por roja

Y al periodista Roberto González, por chicharrero, para contarlo todo en la primera línea. Esos son los vetos que este año ha impuesto el Partido Popular en Las Palmas de Gran Canaria para el Carnaval de la ciudad. La popular humorista Eva Hache, con un tirón televisivo indiscutible, ha sido vetada por la jefa de gabinete del alcalde, Cristina Rodríguez, por temor a que en alguno de sus soliloquios durante la gala drag pudiera lanzar alguna crítica contra el Partido Popular, que no está para muchos farolillos. El equipo más allegado a Cardona, el que tiene prácticamente en su antedespacho, no se quedó ahí con su sectarismo. El periodista de Radiotelevisión Canaria Roberto González, conductor –junto a Marta Modino- del programa Buenos Días Canarias, en la Televisión Canaria, también ha sido vetado para copresentar la gala de la reina del Carnaval, que finalmente presentarán Carlos Castilla (al que ya se conoce como el Jordi Hurtado de Canarias) y la actriz Lili Quintana, muy popular por su papel en el programa de la cadena autonómica En Clave de Ja. El pecado de González no es su sentido crítico de la existencia porque pasa por ser un periodista amable que nunca pisa charcos y que, como conductor de un programa informativo, sin sección editorial, no tiene muchas posibilidades de hacerlo. Su exclusión viene dada por una auténtica memez:  ser tinerfeño, aunque como ocurre con miles de canarios, tiene relaciones canarionas, cosa que los censores no deben saber porque no ven más allá de su propia ignorancia y su fanatismo. Es llamativo que el Ayuntamiento de Juan José Cardona vete a un periodista de la cadena que está retransmitiendo con alta profesionalidad y lealtad los grandes fastos del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria, y que con ese veto hayan tenido que pasar a tres presentadores porque Vidina Espino, de Antena 3, que componía el tándem con el censurado Roberto González, se suma a los otros dos contratados. Así son las cosas en el PP, incapaz de permitir la libertad de los profesionales cuando esa libertad pueda poner en riesgo su autoritarismo.

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