Empezaron los fuegos artificiales que, como su propio nombre indica, sólo arden para producir un artificio. Se trata de una de las quemas correspondientes a las vísperas electorales, que obligan a los contrincantes que se disputan el mismo espacio a marcar las distancias para que la parroquia tome conciencia de qué lado están los buenos. O los regulares. Sin permiso de doña Claudina Morales, constituida este martes de Carnaval en censora previa de lo que debe o no debe decirse en Canarias, Miguel Cabrera Pérez-Camacho ha criticado duramente la visita de Paulino Rivero y una amplia comitiva a la isla de Cuba. Dice el portavoz parlamentario del PP que el cubano es régimen perverso y nada democrático, lo que le llevó a concluir que tal visita era “un disparate”. Con permiso de Claudina Morales nos atrevemos a preguntarnos qué opinión tiene el señor Pérez-Camacho del dictador Teodoro Obiang, que fue cumplimentado hace muy pocas fechas en Malabo por José Manuel Soria, que incluso le invitó a visitar oficialmente Canarias. Para que, de paso, y a ser posible asesorado por un abogado del prestigio de Pérez-Camacho, le explique a la juez del cinco qué cosas son esas de los presuntos blanqueos de capitales por los que está siendo investigado.