Dicen las crónicas que en realidad Miguel Ángel Expósito Marrero (PP), concejal de Música del Ayuntamiento de Arafo, venía mascullando la idea de dejar el cargo desde hacía tiempo. Él es en realidad músico, y no se veía cómodo en el traje de concejal, asistiendo a plenos y procesiones y hasta casando gente si cuadraba. Expósito es el concejal -por si no están al corriente- que el otro día amaneció en el interior del auditorio Juan Carlos I, de Arafo, sin camisa y en paños menores porque había pasado la noche allí. No fue un exceso etílico, parece ser, aun cuando el pueblo estuviera en esos momentos en la cumbre de sus fiestas patronales. Sólo que el hombre se quedó ensayando con la orquesta hasta las tantas, la orquesta se fue y él se quedó como traspuesto. Ya saben, como cuando te da una pájara. Fue descubierto a la mañana siguiente por las señoras de la limpieza y Domingo Calzadilla, el alcalde, del PP de aquella manera que se es del PP en Tenerife, le fue a pedir la dimisión. Pero Expósito, muy digno, se le adelantó. Fin del culebrón, por el momento.