Nos solidarizamos, por supuesto, con todas las personas que en Tenerife y en Gran Canaria han sufrido daños como consecuencia de estos tremendos incendios forestales. No lo tenemos que hacer con el alcalde de Mogán, Francisco González, que ha dicho que “Dios está con la gente que es buena e inocente”. La frase hay que contextualizarla en una conversación con vecinos en la que trataba de encontrar una explicación al hecho cierto de que el fuego respetara su casa, a pesar de haber pasado por donde se encuentra, a la salida del pueblo en dirección a Veneguera, en Pie de la Cuesta. No ponemos en duda que el alcalde sea “gente buena”, pero lo de inocente y en aplicación de los derechos constitucionales que le asisten, lo vamos a dejar en presuntamente. Es como cuando ganó las elecciones por mayoría absoluta y a punto estuvo de mandarle el acta de la Junta Electoral al juez de la Operación Góndola para que archive las actuaciones.