No hace muchos meses que en un almuerzo en Tenerife don José Rodríguez Ramírez confesó que sus veleidades soberanistas y su esquizofrénica línea editorial le estaban generando suculentos beneficios. Vamos, que al menos a él no se le estaban cayendo las ventas de diarios de la manera que le ocurre al resto de empresas editoras. El viejillo está en forma, de eso no hay duda, e hizo bien en no vender el periódico al Grupo Zeta hace unas décadas por un potosí, porque desde entonces el hombre ha ganado mucho más. Y encima, sirviendo a esa gran empresa que es el engrandecimiento de Tenerife. Este viernes ha demostrado nuevamente la habilidad comercial que le sigue adornando: la actualidad la pospone a la edición dominical y a esa gran carta pastoral que ofrece a sus súbditos en día tan sagrado. Y de paso, un empujoncito a las ventas. Será el domingo y no antes cuando sus lectores conozcan su opinión sobre el atentado sufrido en la casa de Santiago Pérez.