El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Don José, con Soria
Era de prever que la arribada de un buque negrero a las costas de Tenerife despertara los más ancestrales sentimientos de la Nivaria profunda. El primero en soltarse la melena fue, cómo no, Paulino Rivero, que debió respirar profundamente y contar hasta diez antes de que le traicionara el subconsciente y dijera lo que realmente piensa: que hay que controlar las costas para que no entren más negros. Ni una palabra referida a la tragedia humana, sólo más control de las fronteras, que es como es. Le siguió de inmediato la estrella y guía de las esencias patrias nivarienses, don José Rodríguez, director-editor de El Día, que hizo un añadido de urgencia a su pastoral dominical para indicar textualmente que “ya nuestras Islas no son las afortunadas, sino una colonia de España a donde no importa que lleguen miles de inmigrantes irregulares para convivir asfixiados con los habitantes nativos”. ¡Una colonia! ¡Opina igual que Soria! Ya se acercan las posturas, pronto pretenderán gobernar juntos.
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