Conmovedora, a la par que elocuente, la primera página de El Día de ayer, con ese alcalde de Los Realejos, Manuel Domínguez, compartiendo foto a todo color con el propietario del periódico, José Esteban Rodríguez Ramírez. Lo que da de sí una calle, parece mascullar entre dientes el regidor y secretario general del PP de Tenerife, el único partido que votó a favor de homenajear al insigne editorialista rotulando a su nombre una vía municipal. La foto a cuatro columnas viene apoyada por una noticia de amplio calado que se viene repitiendo desde que quedara aprobado el Reglamento de Artículos Pirotécnicos y Cartuchería: que queden exentas de tantas exigencias administrativas y de seguridad las Fiestas de Cruces y Fuegos de Mayo. “Así se lo comunicó ayer [el alcalde] al director y editor de El Día, José Ramírez”, concluye de modo solemne y mayestático el pie de foto. Algunas voces críticas han empezado ya a sentirse en Tenerife contra la concesión de ese honor a quien se viene caracterizando desde hace algunos años por una deriva editorialista bastante alejada del ordenamiento constitucional y del respeto a los demás, particularmente a personas de otras razas o de otras islas, además del ridículo de ir reclamando liderar un movimiento independentista que ridiculiza a los que verdaderamente lo son hasta convertirlos en guanajos de un ejército de Pancho Villa. Su aislamiento es cada vez mayor, oportunidad que están aprovechando el PP y el CCN para, con guiños pueblerinos como el de la callecita, convertirse en ahijados del generoso y necesitado don Pepito. Ya nos imaginamos esos fastos en Los Realejos cuando se descubra la placa, qué discursos, qué ministeriales presencias. Pueblo mío que estás en la colina...