Les suponemos más o menos al tanto de lo que dice el último informe de la Inspección General de Servicios de la Comunidad Autónoma, que deja con los glúteos al aire a la Administración regional en materia de función pública y todo lo que a ésta le rodea. No hemos querido entrar en el fácil juego del exquisito desequilibrio basado en el número de funcionarios por provincia, más que nada porque existe una clara distorsión provocada por Titsa, la empresa de transporte público por carretera que ahora ha sido transferida al Cabildo tinerfeño. Pero es cierto que, además de lo que digan estos informes, se respira en el ambiente ciudadano de las islas orientales que para ganar una plaza es preferible empadronarse en Tenerife. Ya conocemos dos casos de personas que lo han hecho, pero el resultado de sus oposiciones ha sido exactamente el del exquisito equilibrio: uno suspendió y el otro se quedó en Santa Cruz. Trabajando para la Administración autonómica canaria.