La cara que ha gastado en este asunto nuestro admirado Pelopincho no tiene parangón en la política canaria. Un botiquín en precario en el Carrefour y, rianga, a tramitar una ley canaria de farmacia de la que ¡él mismo fue ponente en nombre de Coalición Canaria! Es decir, que el mismísimo José Miguel González contribuyó a fabricar una ley que posibilitara convertir su botiquín en farmacia. En 2003, Pelopincho solicitó farmacia y en 2004 ya estaba metiendo en el Parlamento una enmienda a la ley que se tramitaba para que su botiquín entrara por la puerta de atrás. ¿Cómo? Pues como esta gente hace las marrullerías, a través de una disposición transitoria, la segunda, en la que se abre la mano a las solicitudes que estuvieran pendientes de “resolución administrativa definitiva”. Si es que son unos fieras.