Les recomendamos que permanezcan atentos a los reportajes que estamos ofreciendo sobre las instalaciones públicas de césped artificial porque podemos encontrarnos con otro escándalo endémico de las Islas Canarias. Es aquí, claro, donde más proliferan campos de fútbol hechos de este material, y de eso ya es consciente incluso la Real Federación Española de Fútbol, que parece haberse especializado en la subvención a medias y ya arreglaremos. En un alarde de generosidad que Canarias nunca valorará en su justa medida, la RFEF recibe de buen grado todas las solicitudes de campos de este tipo provenientes de instituciones locales y ofrece un convenio de colaboración por el cual paga el 50% del coste. El problema empieza a la hora de valorar el coste de cada instalación, que fluctúa en función de las calidades que se contraten.