El sufrido trabajador en cuestión se llevó ese mes de junio de 2008 la nada despreciable cantidad de 6.889,20 euros netos a su bolsillo de él, una vez deducidas las cantidades legalmente establecidas, y con un descuento de IRPF de un 22%. Pero ¿cómo se llega de un sueldo base de mil cuatrocientos y poco a cobrar casi 7.000 netos del zapatazo? Pues muy sencillo, con los complementos. Sólo en concepto de “indemnización por traslado” (nuestro técnico de Proexca tenía entonces destino en Bruselas, y parece que lo sigue teniendo), se llevaba en 2008 cada mes 3.869,50 euros, a los que había que sumar (entonces y ahora) 1.304,72 euros de una cosa llamada “complemento A bruto”. El grueso de las grandes cifras se completa con 684 euros por “dietas y manutención”, una cantidad que sospechamos bastante variable pero nunca muy alejada de grandes sumas, que representar a Canarias por esos mundos de Dios no es barato.