El mundo de la judicatura y de las libertades está de luto. Este miércoles fallecía en Sevilla, a los 78 años, José Augusto de Vega Ruiz, juez, que fuera uno de los más carismáticos presidentes de la Audiencia Territorial de Canarias en la década de los ochenta y un comprometido magistrado del Tribunal Supremo. Su carrera profesional fue densísima porque, además de lo dicho, ocupó plaza de vocal del Consejo General del Poder Judicial, y fue responsable de la demarcación de Canarias, tierra que conocía muy bien pese a no ser de aquí. Su compromiso por las libertades le granjeó no pocas críticas, especialmente cuando fue designado magistrado del Supremo, donde tuvo que lidiar con asuntos tan espinosos como Filesa o Rumasa. Desde los sectores más conservadores se vincularon sus actuaciones y su trayectoria al presidente Felipe González, del que era amigo. Llegó a ser presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, donde se retiró como magistrado. Su compromiso con las libertades le llevó a escribir libros tan significativos como Las agresiones familiares en la violencia doméstica, La prisión por deudas conyugales o Libertad de expresión. Información veraz. Juicios paralelos. Medios de Comunicación y el Proceso penal y derechos fundamentales desde la perspectiva jurisprudencial . Su vinculación con Canarias y con la libertad la mantiene una de sus hijas, Purificación de Vega, número dos del Cuerpo Superior de Policía. A ella y a sus familiares y amigos les transmitimos nuestro pesar y nuestra solidaridad.