Más madera, que es la guerra. Aprovechen los familiares directos o indirectos del contubernio ATI-PP-Mauricio para colocarse, si es que a estas alturas alguno no lo ha hecho todavía. No pararemos hasta 2007, por lo que parece, porque el personal gobernante no está dispuesto a cortarse un pelo hasta entonces y seguir quedando bien con la parentela. Tras más de tres años vacante el puesto de director de la oficina de Canarias en Madrid, producto del nombramiento de Marcelino Rodríguez, su último inquilino, como presidente de la Audiencia de Cuentas, el Gobierno ha cubierto ahora la plaza. El agraciado ha sido Fernando Ríos, hijo de Victoriano Ríos, prohombre del nacionalismo canario de toda la vida y hoy reconvertido a drástico defensor de las esencias del pacto con Soria, Dimas Martín y Mauricio desde la Mesa del Parlamento de Canarias.