Nada mejor para celebrar el favorcete de la fiscalía que irse a la feria turística de Berlín, la ITB, donde el alcalde de Mogán siempre puede sentirse rodeado de personas que no le van a afear jamás su errática conducta. En Berlín este pedazo de alcalde coincidió con su amigo del alma Santiago Santana Cazorla, el empresario del que un día dijo, ante las grabadoras de la Policía, que no era de fiar, vamos, que de serio tiene poco. No sabemos si cenaron juntos, si echaron la culpa a un error en la transcripción de la conversación, si se dieron un abrazo de reconciliación y si fue finalmente el empresario quien se hizo cargo de la factura. Menos mal que tras aquella conversación entre el alcalde y su concejal de Turismo poniendo tibio al empresario, aparece una entre Santana Cazorla y el mismo concejal en la que este último prácticamente babea.