Ha habido negociaciones para el reparto de consejerías desde el día después de las elecciones del 27 de mayo. Ese trasiego de José Miguel González de aquí para allá, de Barragán de aquí para allá, de la Tejedor de aquí para allá... no era para preparar el té con pastas a Paulino y a Juan Fernando. Llevan varios días negociando el reparto del poder en Canarias, y ya anda Soria avisando a sus hasta ahora más estrechos colaboradores de que no se preocupen, que no van a acabar en el paro, que los va a rescatar para tareas del Gobierno autonómico. Hace bien el PSOE, sin embargo, en no perder la calma, en no sentirse novia injuriada, en seguir proponiendo gobernabilidad decente y ética para Canarias. Hasta el final hay señas, y si a alguien le preocupa saber cómo quedará el reparto entre ATI y el PP, que esté tranquilo, que firmarán el lunes, una vez Barragán y Paulino se inventen cualquier insulto de Aguilar, o un error estratégico en la comisión negociadora a la hora de proponer, por ejemplo, cómo resolver la crisis energética de Canarias. Vienen tiempos apasionantes.