Arnáiz no tiene crédito entre los socialistas, de ahí que otra persona haya actuado como hombre bueno en defensa de lo que se consideran intereses del puerto. Ese hombre es Germán Suárez, que ya ha mantenido tres reuniones con la cúpula del PSC grancanario para tratar de encontrar una salida al atolladero en que han metido a las instituciones canarias los integrantes del trío del istmo. Suárez es el hombre más influyente en el puerto, y quizá el que goza de mayor predicamento en la Confederación Canaria de Empresarios. Y sin el quizás. No quiere que se le retrate permanentemente junto al clan de la avaricia, y procura congratularse con todas las partes en conflicto. Quiere una salida airosa para todos, que no haya ni vencedores ni vencidos, pero mucho nos tememos que va a ser imposible porque sobre la mesa hay un cúmulo de ilegalidades y ni un solo propósito de la enmienda. Mauricio es el otro negociador, pero no en plan hombre bueno sino en plan listo.