El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
El Granca, en la batidora
¿Aprender de los errores? Eso es para la gente sabia, y desgraciadamente no frecuentan la política. El Cabildo de Gran Canaria tuvo que ejercer este viernes de bombero para apagar un incendio provocado por algunos de sus más impetuosos representantes, particularmente del PP, que han regresado a mandar en la institución con demasiada ansia viva. La directiva del Club Baloncesto Gran Canaria presentó su dimisión harta -según sostienen- de desplantes e intromisiones, sumida en cierto desconcierto por la crisis económica y la dificultad para encontrar patrocinadores e inquieta por los primeros pálpitos procedentes del Casa Palacio. El regreso al grupo de gobierno de Rosa Rodríguez, consejera de Economía y Hacienda ha supuesto la vuelta a las viejas formas, las airadas formas de las que debieron aprender en el pasado. El club se sustenta en gran medida gracias a los dineros que aporta el Cabildo, pero éste, además de las necesarios y comprensibles mecanismos de control presupuestario, parece querer ahora algo más, siempre algo más. Y en lugar de negociar, en vez de parlotear todo lo necesario, desde junio mismo andan metidos todos en una refriega que no ha hecho más que complicar la cuestión. Frente al ímpetu innecesario y enojoso de Rosa Rodríguez, otro impetuoso algo más domeñado, Lucas Bravo de Laguna, responsable de Deportes, trata de poner paz sin lograr evitar -eso sí- algunos tonitos muy propios de su carácter.
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