Y añade Chavanel: “Para un hombre que todavía no se ha percatado de que una bomba le destrozó su sueño de presidir eternamente La Caja, y que en su despacho de Canarias7 no hace otra cosa que pensar en La Caja, no está nada mal como primera oferta [la que le hizo Mauricio en 2003 para que siguiera ejerciendo el control a través del presidente Marrero]. A lo mejor, pensaría García, puede que incluso, en algún momento, cuanto todo se olvide, me permitan visitar la sede que nunca se inauguró, sacarme unas fotografías, nombrarme presidente de honor? ¿Qué más le propone Mauricio? Un sillón en la primera fila del poder. Los dos organizando los sectores estratégicos de Canarias. Los de la legislatura pasada, le decía Mauricio, lo acepto, fallaron porque no se pensaron adecuadamente y porque Canarias7 nos hizo mucho daño. De modo que nos olvidamos del cable, de la UD Las Palmas, y de aquellas milongas”. Ya ven, no somos nosotros los que mejor describimos la obsesión del personaje por controlar la entidad. Pero, por favor, sigan leyendo, que la cosa va a más.