No es la primera vez que doña Concha Narváez enchufa a un ser querido en el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana. En su día metió por la puerta de atrás a su hermanos, ayudante de recepcionista de profesión, que se supone está adscrito también a la Concejalía de Turismo y del que se supo de su existencia gracias a ese fedatario público que en ocasiones es el Boletín Oficial de la Provincia. Los más afortunados lo vieron en alguna ocasión en la Casa Condal, custodiando una exposición de fotografías. Este buen señor, al menos, no estorba, cosa que se teme que sí ocurra con doña Acerina Cruz (¡¡azuucar!!), cuyo trabajo de elaboración de notas de prensa de Turismo seguramente chocará con el de la Oficina de Prensa de la Corporación, controlada por Nueva Canarias. Una más para la bronca.