Y de La Oliva a Tunte, sin coger resuello. San Bartolomé de Tirajana es un hervidero de tránsfugas y más que eso. No sabemos si es genético de esa zona del sur o responde a otros usos y costumbres. Resulta que dos piezas de Nueva Canarias al parecer dejan el acta para posteriormente ser enchufados en el ayuntamiento. Y la pieza sobrante del Partido Socialista al parecer no deja el acta sino la delegación hasta que se pasen los cabreos y entonces volver. Nada tenemos contra un concejal que en algún momento le parece a él mismo sobrar. Pero es el día a día, el de los presupuestos y atender las necesidades de los ciudadanos, lo que está en juego. Las ejecutivas insulares de ambos partidos se desviven por entender y paliar los efectos de esos personajes pero por ahora nada hace presagiar que la hierba del descontento que no dimite y se marcha sino que dimite para enrocarse vaya a desaparecer. Mala hierba crece por esos lares.