El holding vecinal de La Laguna compromete a Clavijo

“Si yo te contara”. Esa es la frase que más veces ha escuchado la portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de La Laguna desde que en mayo pasado obtuvo un acta de concejal. “Si yo te contara” se refiere concretamente al pesebre que Coalición Canaria tiene montado desde hace muchos años para alimentar a cierto movimiento vecinal encabezado por la familia Barreto, un holding que lleva operando décadas en el municipio. Empezó el abuelo, y la saga la continúa ahora el nieto, Bruno, sin despegarse aún del todo del actual patriarca del clan, Francisco Barreto, presidente de la Federación de Asociaciones Vecinales de La Laguna Aguere (Fav Aguere). Ambos fueron noticia, en compañía de uno de sus muchachos, Daniel Plasencia, un armario de dos puertas, cuando se personaron en el despacho de Teresa Berástegui para dejarle varios recaditos que la concejala consideró absolutamente amenazantes. Querían que la portavoz de Ciudadanos retirara del pleno una pregunta dirigida al actual alcalde, José Alberto Díaz (Coalición Canaria), que podía perjudicar la campaña electoral dentro de la federación a la que se presentaba el mayor de los Barreto para conseguir la presidencia. Y la consiguió. Pero en realidad aquella visita tan poco cortés tenía un antecedente que hasta ahora nadie se ha atrevido a contar. O mejor dicho, nadie se ha atrevido a contar en público, sí en sede judicial. Corría el mes de octubre y la concejala Berástegui giraba visita a las sedes de los colectivos sociales del municipio, entre ellos el del menor de los Barreto, Jocu. No conocía apenas nada del funcionamiento de algunos resortes relacionados con el poder y por eso le sorprendió la naturalidad con la que Bruno Barreto, el heredero natural del holding vecinal, le explicó que tenía un problema con una factura girada al Ayuntamiento: quería que se la pagaran sin haber realizado el trabajo que en ella aparecía como concepto. En esa conversación, Barreto le explicó que había ido a ver a la entonces concejala Blanca Pérez, hoy viceconsejera de Medio Ambiente, y al alcalde, Fernando Clavijo, hoy presidente de Canarias, y que ambos le habían dicho que si les echaba “una manita” en las elecciones de mayo le adelantarían el pago de la factura –sin realizar el trabajo- si le cambiaba la fecha. Berástegui se quedó un poco escamada con aquella conversación y cuando regresó al Ayuntamiento preguntó a los servicios correspondientes si aquello de pagar por algo no realizado era lo normal. Le dijeron que no y algunos le recomendaron que corriera a la Fiscalía. Y eso hizo. La factura es de algo más de 7.000 euros y su peregrinar por el Ayuntamiento está siendo investigado por una jueza de La Laguna que anda con pies de plomo ante la presencia por los alrededores del asunto de una persona aforada, precisamente Fernando Clavijo.

18.000 euros en 2015

El pesebre vecinal con el que Coalición Canaria ha alimentado tradicionalmente al holding vecinal de los Barreto está sobradamente documentado en el Ayuntamiento de La Laguna. Hay encargos de obras y servicios que se pudieron haber realizado, otros que los realizó persona o colectivo interpuesto y otros que seguramente jamás se realizaron. Que haya constancia documental, entre 2012 y 2015, Clavijo pagó al clan 57.651 euros de dinero público en forma de diversos proyectos que realizó la Asociación Cultural Jocu, a cuyo frente está Bruno Barreto, o el prestigioso colectivo gran canario Mojo de Caña, cuyo representante en La Laguna es el mentado Bruno Barreto. Jocu empezó en forma de asociación juvenil en 2006, pero se tuvo que transformar en asociación socio cultural al rebasar su promotor, Bruno Barreto, la edad normal para aquellas aventuras. La web de esa asociación no puede ser más desoladora: floja como una ronda de unos y plagada de faltas de ortografía describe una actividad bastante pobre, como un taller de Taekwondo o una fiesta por San Valentín naturalmente patrocinada por el Ayuntamiento de La Laguna. Solo en 2015 obtuvo del consistorio la reveladora cantidad de 17.760 euros, justo en el límite de los 18.000 que obligaría de superarse a una contratación de pública concurrencia. Por un proyecto llamado “servicio de desarrollo del proyecto de dinamización comercial y desarrollo socioeconómico, consistente en el análisis de las necesidades de los empresarios para acercar sus propuestas a los clientes”, Jocu cobró 5.450 euros. Ya están pidiendo ese informe en el Ayuntamiento por si el equipo de Barreto ha conseguido inventar algo revolucionario que exportar a toda España. Más caro resultó el “servicio de dinamización del proyecto Jóvenes de Aguere ”Plan Ja“ La Cuesta a desarrollar entre enero y junio de 2015”, total 7.310 euros. Las facturas, todas ellas emitidas entre octubre y diciembre del año pasado, se completaron con una de 5.000 euros redondos por un “servicio de realización del proyecto Trabajando por La Cuesta 2015, durante los meses de febrero a junio de 2015”. Es decir que la asociación del menor de los Barreto tuvo mucho trabajo el primer semestre, en el que cayeron las elecciones locales del año pasado, y nada o muy poco el resto del año. En octubre, por lo que parece colegirse de su conversación con la concejala de Ciudadanos, la cosa estaba jodida. Falta por concretar cómo ha sido la facturación de una pequeña constructora a cuyo frente se encuentra otro dirigente vecinal, Justo Reyes, presidente de la Asociación de Vecinos Cueva del Nilo-Batán. O su esposa, según los investigadores laguneros, que tiene buenos contratos con Muvisa, la sociedad municipal de viviendas y de servicios de San Cristóbal de La Laguna.

Todos al juzgado

Desde que se conoció esa denuncia de Berástegui ante la Fiscalía por la famosa factura hueca que Bruno Barreto quería agilizar en el Ayuntamiento de La Laguna, las presiones sobre ella no se han detenido. Resultó bastante inquietante aquel episodio en en su despacho, con uno de los dirigentes vecinales vigilando la puerta, el otro haciendo de guardaespaldas de Paco Barreto y éste escribiéndole a la concejala en un papel la palabra “consecuencias”. El pleno de Corporación, que aquella misma tarde escuchó el relato de la portavoz de Ciudadanos de su propia boca, cerró filas en su defensa. Incluida Coalición Canaria, el partido al que están íntimamente ligados los Barreto y Cía. Pero no conformes con que se quebrara la omertà, acostumbrados como están a que la prensa silencie sus trapisondas y los juzgados archiven los delitos en los que alguno de ellos se ha visto envuelto (caso Corredor), los Barreto han continuado con su campaña contra Berástegui. Lo último ha sido difundir que el próximo día 27 habrá un “juicio rápido” en un juzgado de primera instancia para juzgarla por las afirmaciones que realizó tras aquel episodio de amenazas. Es falso: lo que habrá el día 27 será un acto de conciliación instado por ellos por una demanda que han interpuesto aportando como única prueba el relato de la concejala tal cual lo publicó Canarias Ahora. En un juzgado de instrucción, es decir, jurisdicción penal, del mismo edificio de los juzgados de La Laguna, se ha reabierto la querella que la portavoz de Ciudadanos interpuso contra los tres bravucones dirigentes vecinales. La querella –por amenazas- había sido archivada por una extraña incomparecencia de la querellante, a la que no llamaban para que acudiera a ratificarse. Cuando se personó en el juzgado a preguntar le dijeron que la habían citado en tiempo y forma y que no había acudido, lo que derivó en archivo. Berástegui no había sido notificada, pero alguien en el Ayuntamiento de La Laguna firmó el acuse de recibo de la citación y la escondió en un cajón. El papel apareció cuando hubo un cambio en la persona al frente de las responsabilidades de la estafeta municipal. Es La Laguna, Patrimonio de la Humanidad.