La Cámara de Comercio de Las Palmas vivirá hoy una interesante e intensa jornada merced a una llamativa visita, la que girará la presidenta de la Corporación Nobis, Isabel Noboa, cabeza visible de uno de los imperios ecuatorianos más potentes en diversas actividades, desde la comercialización del banano, hasta la producción de azúcar, pasando por la distribución alimentaria o los negocios hoteleros. Noboa viene a Canarias a devolver el interés mostrado por determinadas instancias y empresarios para que invierta en la Zona Especial (ZEC). Dicen que con el muy atractivo interés de aprovechar la marca bananera que posee para, llegado 2006, tener mejor cobertura para el plátano isleño en los mercados europeos. El Grupo Noboa tiene una historia apasionante, mezcla de realismo mágico y una pizca de leyenda, aderezada con historias de barcos apresados en puertos portugueses y herencias muy batalladas y discutidas. Por no hablar de las carreras políticas. Las plantaciones bananeras de las que se provee han sido profundamente investigadas por Human Rights Watch, la famosa organización internacional que denunció el hacinamiento de inmigrantes en Fuerteventura. Y las conclusiones deberían animar a las autoridades canarias a aprovechar la ilustre visita para recordar a la señora Noboa que “los gobiernos nacionales, las empresas exportadoras y los países importadores son responsables de exigir el respeto a los derechos laborales internacionalmente reconocidos de los trabajadores de cuyo esfuerzo se benefician”. Según HRW, “tanto el Gobierno de Ecuador como las empresas exportadoras que adquieren bananos en las plantaciones ecuatorianas están lejos de asumir esta responsabilidad (...) lo que se traduce en la extendida violación a los derechos de los trabajadores en las plantaciones bananeras” de ese país. Por cierto, la UE lo sabe y los convenios internacionales le obligan a actuar impidiendo las importaciones. Quede dicho con antelación suficiente.