Cuando no se tiene, se hace de la necesidad virtud. En la Cámara de Comercio de Las Palmas andan desde hace tiempo afanados en demostrar que aquello de las paredes de cristal no era una fantasmada de José Miguel Suárez Gil, un hombre íntegro que se siente últimamente perseguido y vilipendiado por un mundo que no le comprende. Este jueves hubo un incidente que ha terminado en los juzgados por una gracia que puede resultarle cara a su autora. Una persona vinculada al movimiento de Palero, situado ahora en las cuadrillas que andan a la caza del Zorro, quiso hacer la gracia y, tras entrevistarse allí con una conocida, se llevó un papel de su mesa. Antes de abandonar el edificio decidió que era broma pesada, y reintegró el folio a su sitio. Ya era tarde porque, al parecer, las cámaras de seguridad la habían filmado llevándose “información reservada sobre el proceso electoral”, lo que ha motivado una denuncia. Nos alegra mucho que la Cámara de Comercio se haya vuelto tan celosa guardiana de las esencias electorales. Lástima que no lo haya sido siempre. Lo dicho, hacen de la necesidad virtud.