Al igual que el resto del equipo de gobierno municipal que entró en el hotel de los líos en el verano de 2007, también Nardy Barrios se ha encontrado con algunos garbanzos negros que enturbian el buen funcionamiento de la institución. Se sabe de al menos dos funcionarios de Fomento que se toman muy al golpito las órdenes que reciben, especialmente las destinadas a desenmascarar los incumplimientos de contratos de las empresas adjudicatarias de concursos de servicios otorgados en la etapa de Pepa Luzardo. Hay denuncias que datan de 2001 sin que se haya abierto un mísero expediente sancionador. Parece como si algunos trabajadores públicos estuviesen esperando el advenimiento del PP para volver a respirar tranquilos y contar a los que sustituyan al PSOE y a Compromiso todos los obstáculos que pusieron para que las alfombras no fueran convenientemente levantadas. Lo peor es que no toda la porquería que se ha encontrado ha tenido la adecuada respuesta del equipo gobernante, que en algunos casos no tiene especial interés en incordiar a los socios de los socios.