Acabó el polémico debate con una perorata del alcalde Miguel Zerolo durante la cual llamó de todo menos bonito al concejal de Ciudadanos de Santa Cruz Ángel Isidro Guimerá. El alcalde tiene todo el derecho del mundo a defenderse y a atacar para exponer sus reflexiones, pero no parece muy democrático ni elegante que, después de decirle a Guimerá que es un “político ególatra” que se preocupa más de salir en la tele que otra cosa, que él y su compañero (Guillermo Guigou) “son sencillamente patéticos e incongruentes”, que no tienen “la catadura moral ni política para dar lecciones”, etcétera, no dejara siquiera un minuto para que los aludidos dijeran al menos amén Jesús. O tú más, que también mola.