Nos alegramos enormemente por los éxitos que cosecha cada día la empresa Guaguas Municipales de Las Palmas de Gran Canaria, que al igual que los servicios municipales de atención al contribuyente y olé, obtiene un día sí y el otro también continuos certificados de calidad que amenazan con volver tarumbas a los usuarios. No porque duden de la autenticidad de tales certificados, sino porque no se explican quiénes son los beneficiarios de tanta excelencia y calidad. Como asimismo se lo preguntan los usuarios de la vía pública, especialmente los que la tarde-noche de este viernes transitaban por el Paseo de Chil en el carril de calentamiento para subir a la Avenida de Escaleritas. La cola era infernal y todo parecía ser producto de uno de los habituales atascos de la ciudad de Soria (provincia de Las Palmas). Pero no, la causa del tapón no era otra que una guagua articulada y averiada de Guaguas Municipales que, carente de toda señalización y con el conductor tan ricamente sentado en su puesto, se encontraba en dicho carril como quien oye llover. Los automovilistas sólo la adelantaban cuando, pasado un tiempo prudencial y de puro instinto, descubrían que la guagua estaba quieta parada por un buen rato. Calidad total, que se llama.