El presidente del Cabildo de Lanzarote acaba de hacer una insuperable aportación al absurdo político. En un comunicado a los medios informativos ha afirmado que mantiene “intacto” su compromiso de no promover una iniciativa legislativa para regularizar los hoteles ilegales sujetos a sentencias firmes de demolición que no goce de consenso. Fantástico. Lo dijo justo 24 horas antes de que concluyera el último pleno del Parlamento de la actual legislatura, con los plazos para cualquier iniciativa legislativa vencidos hace meses. Pedro San Ginés hizo tan solemne proclama para anunciar otra cosa que él cree que va a ser la releche: la inminente presentación, el lunes, al Consejo de la Biosfera, de un dictamen del catedrático de Derecho Administrativo Luciano Parejo en el que probablemente se dibujen soluciones para dar viabilidad a esos hoteles con licencias ilegales otorgadas, entre otros, por compañeritos de partido del señor San Ginés. Medio Lanzarote se prepara para recibir tal dictamen como se merece: los promotores, hoteleros y empresarios del sector con la esperanza de poder encontrar un resquicio que les permita legalizar lo que nadie ha podido legalizar hasta la fecha, y los defensores de la legalidad vigente, denunciantes y protectores de la naturaleza buscando pruebas sobre la fiabilidad de los informes del mismo catedrático, con ejemplos palmarios en la mismísima isla de Lanzarote y en sentencias de los tribunales de Justicia.