Hacía tiempo que no lográbamos traer a esta sección de comentarios inofensivos y bienintencionados a la figura de Larry Álvarez, vicepresidente tercero y portavoz del Cabildo de Gran Canaria. Hoy acude hasta aquí por acumulación de amonestaciones. La primera viene a cuenta del nuevo sistema impuesto en la Casa Palacio para un mayor control de las cosas que se dicen y quién las dice. Así que ha cursado las correspondientes órdenes para que cualquiera de los gabinetes de prensa de los numerosos organismos dependientes de la Corporación que reciba una petición de entrevista curse la solicitud al gabinete central de prensa y propaganda donde, previa consulta al referido Larry, se evacúe decisión. O sea, cuatro meses por entrevista. La segunda amonestación viene dada por sus sinceras y cariñosas palabras dirigidas al presidente de la Caja Insular de Ahorros, Antonio Marrero. Ya les avisábamos aquí hace unas semanas que irían a por él, pero jamás pensamos que en plan salteadores de caminos. Le ha llamado “cómplice de Ican”, lo que significa que ser de Ican es delito. Marrero no es de Ican y, por fortuna para Larry Álvarez, dispone de mucha más educación y estilo que él.