Al Diputado del Común se le ha acabado su tiempo en un cargo público. El martes por la noche, un siempre locuaz Arcadio Díaz Tejera, magistrado en servicios especiales, se refería en 59 Segundos a la manía imperante en muchos lugares de nombrar defensores del pueblo a personas más especializadas en el asalto al canapé y el desfile estiloso por la moqueta que a la defensa de los derechos fundamentales desde la independencia, el criterio, la libertad y la autoridad moral para poner en su sitio a las siempre irrespetuosas administraciones públicas. No sabemos si el senador socialista se refería concretamente al Diputado del Común canario, pero de ser así, lo clavó. De Alcaide cabe recordar ahora aquellas premonitorias palabras de toma de posesión, cuando llamó invasores a los inmigrantes, en contraste con su último informe ante el Parlamento, en el que vertió durísimas críticas contra aspectos tales como la Sanidad o la Hacienda canaria, en manos del partido que le propuso para el cargo, el PP, que ahora no le quiere renovar. No queremos pensar que ese informe contra los suyos y sus veleidades nostálgicas tengan que ver con la inminente pérdida del siempre delicioso y mundano relajo del canapé.