Llegó y montó el escándalo. El repuesto secretario municipal de San Bartolomé de Tirajana, Marcelino López Peraza, la ha armado buena cuando apenas se cumplía su primera semana en las oficinas municipales de Maspalomas, a las que se reincorporó el pasado día 14 tras una tormentosa tramitación de su suspensión como funcionario público y la negativa de la alcaldesa saliente, Mari Pino Torres, a tropezarse con él por los pasillos. Cuando le pusieron las nóminas de los funcionarios delante para que estampara la preceptiva firma, López Peraza descubrió que a su antecesor en el cargo iban a abonárseles los complementos correspondientes por espacio de todo el mes de junio, cuando en realidad sólo había estado en el puesto hasta el día 10, víspera de la constitución de la nueva Corporación. López Peraza, que es muy suyo, ordenó paralizar el pago de las nóminas hasta que se resolviera esa cuestión y, ya puestos, en el caso de que a su antecesor se le abonaran los conceptos retributivos por el mes completo, a él se le hiciera lo mismo. La intervención del concejal de Personal zanjó provisionalmente la cuestión al dar a cada uno lo que le corresponde. Pero no acabaron ahí los problemas, qué va.