Con un equipo de incondicionales, la presidenta insular del PP de Tenerife, Cristina Tavío, se ha mantenido en sus trece a pesar de los ataques sufridos por Ángel Llanos y Rafael Becerra y sus descarados intentos de moverle la silla con la bendición indisimulada de Larry Álvarez. Contaban con Larry ambos dos, pero el hombre más maldecido dentro del PP canario ya no está y Soria ha modificado el sentido del tiro. Llanos guarda un incómodo silencio, pero el presidente del PP lagunero, Rafael Becerra, ya ha puesto las barbas en remojo porque sabe que si dos y dos son cuatro, a la vuelta de las elecciones lo levantan por los aires para poner en su lugar a Claudio García, un inquietante militante del PP que no está en ATI porque Ana Oramas no lo dejó entrar en febrero pasado. Pero la Tavío tiene la sartén por el mango y manda con tronío.