Esta crisis de sexta planta es mediática pero a nosotros no nos interesa mucho, la verdad, porque la consideramos de guardarropía y porque nada va a cambiar. Lo que hay que viligar realmente son sobreactuaciones políticas, ejercicios de maldad, de mal entendido maquivelismo. Que se puede ser bueno y además parecerlo. No vale el chiste que distingue tres clases de enemigos de menor a mayor animosidad: los frontales, los a muerte y los compañeros de pardido. En un nivel ministerial esa enemistad no arrumba el interés general, pero en un gestión local,cercana y directa si que es malo para lo público.