La salida de tono del dúo que forman Guadalupe López y su marido tiene todos los ingredientes de la inoportunidad y la ignorancia política. Inoportunidad, porque nada ni nadie podía ahora hacer peligrar la mayoría gobernante en Telde, una vez se ha roto en dos -o más- Coalición Canaria y estaba cantado que había que hacer un hueco cariñoso a los concejales de obediencia mauriciana. E ignorante, porque no tiene parangón que un concejal se cabree con su alcalde por mandar, olvidando que los concejales tienen sus facultades (excluidas las psiquiátricas) simplemente delegadas. Pero debe ser que en Telde todo es posible, incluso que su alcalde, Paco Valido, tome un par de decisiones al año. En diversos cenáculos políticos de la ciudad se ha especulado este fin de semana con que sea Marcelino Galindo, el viejo comunista que tanto ha criticado al PP y a este pacto, quien asuma las estresantes tareas de ferias, mercados y festejos. Y en vez de Bertín se traerá a Labordeta. En algo ganará la ciudad.